miércoles, 2 de enero de 2013

CAPÍTULO 3.



3 1Hijo mío, no olvides mi instrucción,
conserva en tu memoria mis preceptos,
2porque te darán muchos días,
y años de vida, y prosperidad;
3que no te abandonen bondad y lealtad,
cuélgatelas al cuello,
escríbelas en la tablilla del corazón:
4alcanzarás favor y aceptación
de Dios y de los hombres.
5Confía en el Señor de todo corazón
y no te fíes de tu propia inteligencia;
6en todos tus caminos tenlo presente,
y él allanará tus sendas.
7No te tengas por sabio,
respeta al Señor y evita el mal;
8tendrá salud tu ombligo
y riego tus huesos.
9Honra al Señor con tus riquezas,
con las primicias de todas tus cosechas,
10y tus graneros se colmarán de grano,
tus lagares rebosarán de mosto.
11No rechaces, hijo mío, el castigo del Señor,
no te enfades por su reprensión,
12porque al que ama lo reprende el Señor,
como un padre al hijo querido.

Sabiduría y prudencia

13Dichoso el hombre que alcanza sensatez,
el hombre que adquiere inteligencia:
14es mejor mercancía que la plata,
produce más rentas que el oro,
15es más valiosa que los corales,
no se le compara joya alguna;
16en la diestra trae largos años,
en la izquierda honor y riqueza;
17sus caminos son deleitosos
y sus sendas son tranquilas,
18es árbol de vida para los que la agarran,
son dichosos los que la retienen.
19EI Señor cimentó la tierra con destreza
y estableció el cielo con pericia;
20con su saber se abren los veneros
y las nubes destilan rocío.
21Hijo mío, no las pierdas de vista,
conserva el tino y la reflexión:
22serán vida para tu alma
y adorno para tu cuello;
23seguirás tranquilo tu camino
sin que tropiecen tus pies,
24te acostarás sin alarmas,
te acostarás y el sueño te será dulce,
25no te asustará el terror imprevisto
ni la desgracia que cae sobre el malvado.
26Pues el Señor se pondrá a tu lado
y guardará tu pie de la trampa.
Deberes con el prójimo
27No niegues un favor a quien lo necesita
si está en tu mano hacérselo.
28Si tienes, no digas al prójimo:
«Vete y vuelve, mañana te lo daré».
29No trames daños contra tu prójimo,
mientras vive confiado contigo.
30No pongas pleito a nadie sin motivo
cuando él no te ha hecho daño.
31No envidies al violento
ni escojas ninguno de sus caminos.
32Porque el Señor aborrece al perverso,
pero se confía a los hombres rectos;
33el Señor maldice la casa del malvado
y bendice la morada del honrado;
34si se burla de los burlones,
concede su favor a los humildes;
35Otorga honor a los sensatos
y reserva baldón para los necios.

3 Por la forma se divide en cuatro piezas: 1-12.13-20.21-26.27-35. Por el contenido, bienes de la sensatez, las dos centrales van juntas y a los lados se exponen deberes con Dios y con los hombres. 

3,1-2 Por la recomendación de la instrucción y los preceptos, tórá y miswot, y por la promesa de longevidad, estos versos suenan a Deuteronomio. Pero "instrucción y preceptos" también pertenecen al mundo sapiencial. Varía el grado de autoridad de quien los propone: aquí no habla Moisés, sino un maestro, el cual de momento inculca el recuerdo, antes del cumplimiento. La "prosperidad" es también paz. 

3,3-4 La bina "bondad y lealtad" puede definir a Dios, Ex 34,6s, y debe definir al hombre. Aparece también en 14,22; 16,6; 20, 28. Aquí podría tener por objeto a Dios ya los hombres, de acuerdo con la motivación. Al cuello se atan como ornamento o recordatorio. La ''tablilla'' del corazón se opone a las losas de piedra, Jr 31,33. A la doble virtud responde doble premio. 

3,5-6 Doctrina capital, también en los profetas. El hombre busca para su existencia un punto de apoyo fuera de sí o en sí, Sal 62. El peso o gravedad del hombre busca su centro para centrarse. Es una actitud fundamental. Ese centro único, base última de la existencia, no pueden ofrecerlo otros hombres ni uno mismo. Apoyar la existencia en algo que no es Dios, sean riquezas o saber, es como una idolatría. Véanse Jr 9,22 y 17, 5.7. Véanse en el libro 11,28; 14,16; 16,20; 28,25s. 

3,7-8 "Respetar al Señor y apartarse del mal" puede definir toda una conducta: 16,6; Job 1,1.8; 2,3; 28,28. Aunque algunas versiones antiguas han traducido "carne", el hebreo dice "ombligo". Centro y sujetador del vientre, señal de vida independiente del recién nacido. La salud del ombligo se toma como signo y garantía de la salud del cuerpo. Los huesos son la estructura íntima: Sal 34, 21; Job 21,24; Is 66,14. 

3,9-10 El hombre aparta de sus riquezas una parte y se la ofrece en el culto a Dios, donante de todo; aparta la primicia de cualquier clase de frutos, producto de la tierra y don de Dios. El premio está en la misma línea y cierra el ciclo ordenado. Premio más externo que el de los dísticos precedentes, como es más externo el culto que el respeto o la confianza. Véanse Dt 26,15; Eclo 35,7-10. 

3,11-12 Dios tratará al discípulo como un padre a su hijo. En la educación se revela una especie de paternidad divina: Dt 8,5. En la corrección y el castigo se manifiesta el amor exigente, paterno, intolerante con la culpa y compasivo con el hijo: Job 5,17s; Heb 12,5s. 

3,13-26 Se pueden tomar como unidad o como dos unidades. Cambia la persona: hasta el v. 20 en tercera persona, lo que sigue en segunda persona; a una amplia bienaventuranza sigue una exhortación. Pero pronunciar una bienaventuranza es un modo de exhortar. En 19-20 concluye con una referencia cósmica, y en 26 promete la protección al hombre individual. Los bienes prometidos en ambas partes se repiten o se complementan. 

3,13-20 La bienaventuranza se transforma fácilmente en loa de la sabiduría: feliz el hombre que la posee (13 y 18), Dios mismo la usó en la creación (19-20). Desarrolla dos tópicos del género loa: supera en valor a bienes materiales deseables, cuatro en total; procura toda clase de bienes, siete en total. 

3,13 La fórmula de bienaventuranza se lee en 8,32.34; 14,21; 16,20; 20,7; 28,14; 29,18. El género propone valores, no exigencias; apela a la bondad y atractivo, no a la autoridad. 

3,14-15 Véase el amplio desarrollo de Job 28,15-19. 

3,16. La longevidad era valor muy estimado por razones culturales y teológicas. 

3,17-18 Los caminos que ella traza, la conducta que ella guía. El discípulo avanzará por una senda apacible hasta llegar al árbol de la vida, que le dará espontáneamente sus frutos vivificantes. Más paraíso que tierra prometida: compárese con Gn 3,24. 

3,19-20 Como creador y artesano, sus dotes son pericia, destreza, habilidad. Cielo y tierra componen el universo. Las nubes suministran la fecundidad, y adquieren aquí valor simbólico. "Se abren los veneros": véase Gn 7,11. 

3,21-26 A un consejo expresado en forma negativa siguen cuatro versos de promesas y un quinto que pone al Señor como garante. O sea, el maestro propone un valor sapiencial, repasa sus felices consecuencias y concluye subiendo a la esfera religiosa: por medio de dos virtudes que enseñan los maestros, el Señor protegerá la vida del discípulo. 

3,22 "Adorno": algunos, guiados por 17, 8, piensan en un talismán. 

3,23. El camino de la vida es a la vez ético y existencial: el éxito es consecuencia. Véase Sal 91,12. 

3,24 Caminar y acostarse componen una expresión polar como en Dt 6,7. El ''terror'' puede ser el provocado por la oscuridad al hombre en vela, Cant 3,8; Sal 91,5, o las pesadillas que turban un sueño apacible, como en Eclo 40,6. 

3,25 Remacha la promesa de seguridad. En forma de mandato brinda una certeza. Puede llegar la desgracia, pero está destinada a los malvados, como dice Sal 91,7. 

3,26 En el v. 21 ha de guardar y no apartarse; en el final el Señor guarda y está próximo. Se corresponden la acción del discípulo y la de Dios: véase Sal 121,3. Lo que pretende el padre o maestro en última instancia es poner al discípulo bajo la protección inmediata del Señor. 

3,27-35 Atendiendo a la forma: es una serie de prohibiciones sin introducción; no son enunciados, sino mandatos formales con motivación. Aunque la forma es negativa, el contenido resulta positivo. Creo que la introducción se encuentra en los versos 1-2. En cuanto al contenido, domina en el v.3 y aquí la "bondad y lealtad". A seis prohibiciones en 27-31 sigue una motivación amplia, 32-35, de signo teológico. 

3,27 Según el ejemplo de Dios, Sal 84, 12, el poder hacerlo es razón suficiente y exigencia para hacer el bien; lo contrario aparece en Miq 2,1. Eclo 4,1-6 es casi un comentario. 

3,28 A propósito de la urgencia léase el precepto de Ex 22,25. Nosotros decimos: "Más vale un toma que dos te daré"; "Tarde dar y negar andan a la par". 

3,29 El pecado toma forma agresiva y premeditada, con el agravante de la convivencia pacífica y confiada del prójimo. 

3,30 Este libro delata una antipatía radical contra los pleitos, aunque estén justificados: 5,8; 17,14; 20,5; 24,29. Si uno ha sufrido lesión en sus derechos, el pleito no sería injusto. El proverbio ni lo recomienda ni lo excluye, pues se concentra en el injustificado. 

3,31 Véanse 23,17 Y 24,1 Y especialmente Sal 37,1 en su contexto. Se envidian los perversos no por su maldad, sino por su éxito en la vida, Sal 73,3. De ahí se sigue adoptar sus métodos, aunque sea para luchar contra ellos. Lo cual sería caer en una trampa, más grave que caer víctima de ellos. La figura del "violento" podría ser climática en la serie, o bien síntesis y caracterización de los casos precedentes. 

3,32-34 Para motivar se remonta a la sanción divina, repartida en tres binas antitéticas: desviado / recto, malvado / honrado (o culpable / honrado), insolente / humilde. Se trata de un justo oprimido por el injusto, de una víctima inocente; que, a pesar de sufrir, se mantiene honrado. 

3,33 Maldición y bendición actúan como fuerzas autónomas: Zac 5,4; véase Sal 37,22. 

3,34 Lo citan Sant 4,6 y 1 Pe 5,5. La forma condicional indica el carácter correlativo de los miembros: si se burla de unos, es para favorecer a los otros. Correlativas eran las conductas: los oprimidos lo son por culpa de los opresores. Véanse Is 29,19-21; Sal 2,4; 37,13; 59,9' Sab 5,4. 

3,35 A manera de colofón, retorna al tema sapiencial, tema de la sección central del capítulo.

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