sábado, 9 de febrero de 2013

CAPÍTULO 22.


22 1Mejor es buena fama que riquezas,
más vale simpatía que oro y plata.
2El rico y el pobre se encuentran:
a ambos los hizo el Señor.
3El sagaz ve el peligro y se esconde,
el incauto sigue y lo paga.
4En las huellas de la humildad
y el respeto de Dios
caminan riqueza, honor y vida.
5Hay lazos y trampas
en el camino del perverso:
quien guarda su vida se aparta de ellos.
6Educa al muchacho según su camino:
cuando envejezca no se apartará de él.
7El rico será señor de los pobres,
el deudor será esclavo del acreedor.
8Quien siembra maldad cosecha desgracia:
la vara de su arrogancia se consumirá.
9El generoso será bendecido
porque repartió su pan con el pobre.
10Echa al insolente: se irá la contienda
y cesarán riñas e insultos.
11El rey ama un corazón limpio
y aprecia un hablar atractivo.
12Los ojos del Señor custodian el saber
y hacen fracasar las palabras del traidor.
13iAfuera hay un león!, dice el holgazán,
en plena calle me matará.
14Fosa profunda es la boca de la ramera,
el enemistado con Dios caerá en ella.
15La necedad se pega al corazón del muchacho:
la vara de la corrección se la apartará.
16Quien oprime al pobre se enriquece,
quien da al rico se empobrece.
17Presta oído y escucha,
presta atención a mi experiencia:
18te serán gratas si las guardas en el vientre
y las tienes todas a flor de labios;
19para que pongas en Dios tu confianza,
también a ti te instruiré.
20He escrito para ti
treinta máximas de experiencia,
21para enseñarte la verdad
y a traer un informe exacto
al que te dio un encargo.
22No explotes al pobre, porque es pobre;
no atropelles al desgraciado en el tribunal,
23porque el Señor defenderá su causa
y despojará de la vida a los que lo despojan.
24No te juntes con el colérico
ni vayas con el iracundo,
25no sea que te acostumbres a sus caminos
y te pongas una trampa mortal.
26No seas fácil en dar la mano
empeñándote en deudas,
27pues si no tienes qué devolver,
te quitarán la cama de debajo.
28No remuevas los linderos antiguos
que colocaron tus abuelos.
29¿Has visto un hombre diestro en su oficio?
Estará al servicio de reyes,
no estará al servicio de gente oscura.

22,1 Una variación en EcI 7,1; subraya la duración de la fama (cfr. Eclo 41,10-13). "Más vale buena fama que dorada cama" y Sem Tob amplifica: "Flncar I'ha buena fama / cando fueren perdidos / los algos e la cama / e los buenos vestidos".

22,2 Ricos y pobres es un hecho social; más radical es que todos son criaturas del mismo Dios. Se encontrarán de muchas maneras, pero siempre iguales en dignidad. Véase Eclo 13,2-.15,20. Amonestación para el rico, aliento para el pobre.

22,3 Esconderse es prudencia, no cobardía; arriesgarse es temeridad culpable, que se paga. El proverbio quiere educar al incauto. Ver Prov 14,16; 27,12.

22,4 Humildad y respeto de Dios son dos virtudes correlativas del hombre. Su premio es generoso; incluso paradójico que la humildad acarree honor. Véase Eclo 3,17-29. Es enseñanza del NT: Mt 23,12; Flp 2,5-11.

22,5 "Lazos" o espinos. Apunte descriptivo del camino de la vida.

22,6 Por el verbo usado, la educación (= sacar de) es como una iniciación (inicio), y se ha de hacer según un criterio: su camino, su estilo, el que le corresponde. "Lo que entra con la faja sale con la mortaja"; "Lo que aprenden babas no lo olvidan barbas".

22,7 Si la primera parte registra un hecho sin justificarlo, la segunda reconoce una ley y sugiere una amonestación. Ser pobre puede ser independiente de la voluntad, endeudarse es muchas veces evitable. Éste es un encuentro del pobre con el rico: véase el v. 2.

22,8 El primero se basta como enunciado de retribución inmanente. Véase una variante mejor en Os 8,7 Y Job 4,8. y el nuestro: "Quien siembra abrojos no ande descalzo". La segunda parte no enriquece el proverbio. "Vara" puede ser signo de autoridad o, con leve corrección, instrumento de castigo (divino).

22,9 Otro encuentro del rico con el pobre, que cuenta con la bendición (divina). Bello desarrollo en Is 58,10-12. En la línea de 21,10.13.26; Eclo 29,11. ''Ten tu dinero listo y de todos serás bienquisto".

22,10 Otro rasgo para describir al insolente de 21,24: provoca riñas. Inútil intentar reconciliarse con él; la única solución es que se vaya. Con él se marchará su cortejo nefasto.

22, 11 Texto y funciones dudosos: con el rey como sujeto o como miembro del predicado. En ambos casos, un consejo para futuros funcionarios.

22,12 Es extraño el primer complemento. Se podría tomar como abstracto por concreto, "al entendido"; o como adverbio, "vigilan sapientemente". Véase Sal 11,4.

22,13 Esto es inventar peligros para justificar la inacción, buen ejemplo de racionalización. El estilo es de viñeta irónica, dejando hablar al personaje.

22,14 "Boca" que habla y besa y devora. ¿Contiene una velada alusión sexual? véase Eclo 26,12. La "fosa" sugiere la muerte. El tema es frecuente en la primera colección.

22,15 Retorna un gran tema de la colección: la corrección como parte de la educación. El muchacho no es naturalmente bueno ni sensato; algo en su interior responde fácilmente a la necedad. El optimismo corrige al pesimismo: necio sí, pero corregible.

22,16 La interpretación es muy dudosa por la ambigüedad del texto. Quizá haya que leer adversativa. Lo primero es obvio, pero [atención: a dar al rico. ¿Con qué finalidad? -No lo dice.

22,17-24,22 Tercera colección. Atribuida en el texto a doctores anónimos. Cambia el estilo: en vez de dísticos, varias estrofas de cuatro versos; predomina la segunda persona; es heterogéneo el contenido. Muchos opinan que depende de la Enseñanza de Amenemope (primera mitad del primer milenio). Se titula Máximas de doctores.

22,17 -21 Introducción. Dos versos piden la colaboración entera del hombre: oído para escuchar, mente para comprender, vientre para conservar, labios para pronunciar. La enseñanza tiene finalidad religiosa. El número treinta parece tomado de Amenemope; lo difícil es dividir el texto en treinta apartados.

22,22-23 Es ambigua la primera motivación: no te aproveches de su pobreza, o respeta su pobreza. Expone la justicia forense y la reduce a su causa suprema. Aplica la ley del talión. De Amenemope: "Dios quiere al que honra al pobre más que al que venera al rico".

22,24-25 Contempla el peligro extremo de tales compañías: el colérico y el iracundo fácilmente recurren a la violencia, que puede ser fatal. Uno puede caer víctima de esa violencia o imitarla y hacerse reo. De Amenemope: "Veloz es la palabra del que está airado, más que viento sobre el agua ... es el barquero de palabras tramposas".

22,26-27 Dar la mano es sellar un compromiso legal. Véase 6,1-5. Es original la motivación.

22,28 Los linderos son ancestral es; en Israel se supone que se remontan al reparto de Josué. Supone la trasmisión hereditaria de la propiedad.

22,29 Este verso parece indicar a quién se dirige la instrucción: a jóvenes que se preparan para funcionarios de la corte. Dice Amenemope: "El escriba diestro en su oficio es digno de servir en la corte". 

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