miércoles, 27 de febrero de 2013

CAPÍTULO 24.



24 1No envidies a los malvados
ni desees vivir con ellos,
2su mente medita violencias,
sus labios dicen maldades.
3Con la sensatez se construye una casa,
con la prudencia se consolida,
4con el saber se llenan sus estancias
de bienes, riquezas y comodidades.
5Más vale maña que fuerza,
experiencia más que vigor.
6Con estratagemas se gana la guerra,
y la victoria, a fuerza de planes.
7La sensatez es demasiado para el necio:
no abrirá la boca en público.
8AI que medita maldades
lo llamarán intrigante;
9el que trama locuras fracasa;
al insolente lo detestan los hombres.
10¿Has flaqueado en el peligro,
te faltó el valor?
11Libra a los que llevan a matar,
detén al que está para morir.
12Aunque digas que no lo sabías,
¿no lo va a saber
el que pesa los corazones?,
¿no lo sabrá el que vigila tu vida
y paga al hombre sus acciones?
13Hijo mío, come miel, que es buena;
el panal es dulce al paladar:
14así sean saber y sensatez para tu alma;
si los alcanzas tendrás un porvenir
y tu esperanza no fracasará.
15No pongas asechanzas
a la dehesa del honrado
ni destruyas su majada,
16pues aunque caiga siete veces
el honrado se levantará,
mientras que los malvados
se hundirán en la desgracia.
17Si cae tu enemigo no te alegres;
si tropieza, no lo celebres,
18no sea que el Señor lo vea
e irritado desvíe su ira de él.
19No te exasperes por los malvados,
no envidies a los que obran mal;
20porque el perverso no tiene porvenir,
la lámpara de los malvados se apagará.
21Hijo mío, teme al Señor y al rey;
no provoques a ninguno de los dos,
22porque de repente salta su castigo,
y ¿quién conoce su furor?
23No es justo ser parcial al juzgar:
24a quien declara inocente al culpable
la gente lo maldice y se irrita contra él;
25los que los acusan son gratos,
sobre ellos baja una bendición.
26Besa en los labios
quien da una respuesta oportuna.
27Dispón tus asuntos en la calle
y prepáratelos en el campo,
después podrás poner casa.
28No atestigües sin motivo contra tu prójimo,
no engañes con los labios.
29No digas: Le haré lo que me hizo,
me las ha de pagar.
30Pasé por el campo de un perezoso,
por la viña de un hombre sin juicio:
31todo era espinas que crecían, los cardos
cubrían su extensión,
la cerca de piedras estaba derribada;
32al verlo, reflexioné;
al mirarlo, escarmenté.
33Un rato duermes, un rato descansas,
un rato cruzas los brazos y descansas,
34y te llega la pobreza del vagabundo,
la indigencia del mendigo.

24,1-2 Reitera la recomendación de 23,17; pero como motivación ofrece un par de rasgos descriptivos. Amenemope ofrece una descripción con comparaciones pintorescas del mundo animal. 

24,3-4 Dado que el término hebreo hokma puede significar destreza, el proverbio se ofrece a una primera lectura obvia: la función de la artesanía. Una segunda lectura sobrenada: la importancia previa y primaria de la sensatez. Amenemope y Any ponderan la importancia de tener casa propia bien abastecida. 

24,4 Eclo 1,17. 

24,5-6 También en la guerra como en otros campos se impone el valor de la destreza. Véanse 11,14 y 20,18. 

24,7 Suena como objeción o salvedad a lo anterior. La sensatez vale mucho, desde luego; sólo que el necio no puede con ella. La "puerta" es el lugar de los asuntos públicos. En otra clave Eclo 38,33; 39,4.
24,8-9 Son dos versos difíciles. Zamam significa calcular, tramar, el bien o el mal; aquí está calificado negativamente. Pensar, planear pueden ser camino y signo de sensatez; cuando su objeto es perverso, pertenecen al reino del desatino, de la locura. Los hombres le dan un nombre infamante y aborrecen su actitud insolente. Tenemos aquí la necedad con fuerte calificación ética. 

24,10-12 Intentamos una lectura unificada por la situación. Hay unos, inocentes, entregados y conducidos a morir, ¿en virtud de una sentencia capital? Hay un tú que de algún modo parece responsable y que todavía está a tiempo para librarlos (cfr. Daniel y Susana). Pero ha flaqueado por temor (cfr. Am 5,13). Parece excusarse alegando ignorancia; pero no se le admite la excusa, antes se somete su actitud al saber del juez supremo. No vale desentenderse cuando se juega una vida humana. 

24,13-14 Quien siente apetito o apetencia por saber, lo encontrará sabroso. Si la miel satisface un momento, la sensatez es adquisición permanente. La miel enseña además a discernir, Is 7,15, y así sucede con la sensatez. 

24,15-16 Comienza con una imagen pastoril. En sentido primario caer y levantarse se refiere a los vaivenes de la vida, desgracias y éxitos, con final feliz. Después se aplica el sentido a la esfera religiosa, pecar y arrepentirse; y puede alcanzar los extremos de morir y revivir. El final del malvado es el fracaso, mientras que el honrado se rehace. Véanse Sal 34,20; Job 5,19. 

24,17 -18 En el A T encontramos textos en que se celebra el fracaso de los enemigos culpables: Ex 15; Jue 5; Sal 58,11. Pero hay otros más cercanos al espíritu del presente proverbio: Jue 20, 2 Cr 28. Al final creo que suena implícito "hacia ti"; si no es así, al menos significa que Dios sustrae el motivo de tu gozo, y el castigado eres tú. 

24,19-20 Es el tema de 23,17; recogido en Sal 37,1.38 Y el final en Job 18,5. El salmo 73 ilustra esos sentimientos encontrados. El mayor daño que pueden hacer los malvados es contagiar de maldad al honrado. La solución la ofrece una perspectiva temporal: el desenlace. 

24,21-22 La apelación al castigo induce a traducir "temer" en vez de respetar. Suponiendo que los consejos se dirigen a futuros funcionarios: quien va a subir alto, ha de armarse de respeto, cautela y temor saludable; no puede confiarse demasiado. Lo mismo inculca la instrucción de Amenemope y la de Ani: "No respondas a un superior irritado, déjalo seguir. Si te habla con dureza, responde con dulzura: es un remedio que lo calmará". El proverbio bíblico se remonta al Señor, como a suprema instancia. 

24,23-34 Cuarta colección. Breve colección, como apéndice de la anterior, sin dependencia de textos egipcios conocidos. Procede de la tercera persona a la segunda y a la primera. 

24,23-25 El primer enunciado coincide con 28,21. El tema es conocido con el género, 18,5, y en textos de parénesis legal, Dt 1,17; 16,19. Si éstos aducen una motivación teológica y otra sapiencial, el presente proverbio apela a la sanción de la sociedad. Cuantos colaboran para dejar convicto al reo son apreciados por la población, porque el sentido de la justicia es un bien compartido. Compárese con Am 5,10.
24,26 La respuesta oportuna, que sale de unos labios, alcanza al prójimo como un acto de favor. Puede unir a dos personas más que el contacto físico del beso. 

24,27 Cultivar el campo y construir casas sintetiza la cultura de la época: cfr. Jr 1,10. "Poner casa" significa aquí fundar familia. Nuestro refrán es más elaborado: "Antes de casar, ten casas en que morar y tierras en que labrar y viñas que podar". 

24,28 "Sin motivo": si se trata del testigo, significa que no debe adelantarse; si se refiere al reo, significa que no tiene culpa, y el testimonio es falso: véanse 6,19; 12,17; 14,5; 19.5.9.

24,29 Otro proverbio, 20,22, aconseja encomendar el asunto a Dios. Eclo 28,1-7 ofrece un incisivo desarrollo, anticipando una petición del padrenuestro. 

24,30-34 Estos versos ilustran el método sapiencial: observar en torno la vida, anotar detalles significativos, reflexionar sobre la experiencia, sacar conclusiones, ofrecerlas como enseñanza o amonestación. La forma en primera persona añade cierto tono de testimonio, como en Sal 37,35s; los dos versos finales, que coinciden con 6,10s, funcionan aquí como epifonema.

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