jueves, 28 de febrero de 2013

CAPÍTULO 29.



29 1El hombre reacio a las reprensiones
fracasará de improviso y sin remedio.
2Cuando gobiernan los honrados
se alegra el pueblo,
cuando mandan los malvados
se queja el pueblo.
3El que ama la cordura alegra a su padre,
el que se junta con rameras
disipa su fortuna.
4Un rey justo hace estable el país,
el que lo carga de impuestos lo arruina.
5El hombre que adula a su compañero
tiende una red a sus pasos.
6El crimen del malvado es un lazo;
el honrado canta de alegría.
7El justo atiende a la causa del desvalido,
el malvado no comprende nada.
8Los provocadores agitan la ciudad,
los juiciosos calman los ánimos.
9Cuando el docto pleitea con el necio,
tiembla y ríe y no descansa.
10Los sanguinarios odian al hombre de bien,
los malvados lo persiguen a muerte.
11El necio desfoga toda su pasión,
el cuerdo acaba por aplacarlo.
12El gobernante que hace caso de embustes
tendrá criminales por ministros.
13El pobre y el usurero se encuentran:
da luz a los ojos de ambos el Señor.
14Cuando un rey
juzga lealmente a los desvalidos,
su trono está firme por siempre.
15Palos y reprensiones meten en razón,
muchacho consentido
avergüenza a su madre.
16Cuando mandan los malvados
aumentan los crímenes,
pero los honrados mirarán cómo caen*.
17Corrige a tu hijo y te dará descanso
y manjares para tu apetito.
18Donde no hay profeta, el pueblo se desmanda;
dichoso el que guarda la ley.
19Sólo con palabras no escarmienta el siervo,
aunque entienda no responde.
20 ¿Has observado a un hombre atropellado
al hablar?
Pues más se puede esperar de un necio.
21El que consiente al esclavo
cuando muchacho,
al final lo lamentará.
22Hombre colérico atiza las pendencias,
el iracundo muchedumbre de crímenes.
23La soberbia de un hombre lo humillará,
el humilde conservará su honor.
24El que va a medias con el ladrón
se odia a sí mismo:
requerido bajo pena no lo denuncia.
25El que teme a los hombres caerá en el lazo,
el que confía en el Señor será inaccesible.
26Muchos buscan el favor del que manda,
pero la sentencia viene de Dios.
27El criminal es aborrecido por los justos,
el hombre recto es aborrecido por el malvado.

29 Identificamos en este capítulo varios proverbios referidos a la política o reductibles a ella, y otro grupo de proverbios domésticos. Se aprecia el mismo artificio que en el capítulo precedente en la composición de paralelismos. 

29,1 El tema nos ha salido repetidas veces porque pertenece a la sustancia de la disciplina sapiencial. El terco se encierra a sí mismo y se entrega fatalmente a su destino. 

29,2 Enlaza con 28,12.28 y se prolonga en el v. 16. El gobierno está en función del pueblo, especialmente de los necesitados, como enseña el salmo 73. 

29,3 Por el paralelismo, el amor a la Cordura tiene carácter conyugal: Eclo 14,20-15,10; 51,13-19; Sab 8. La pasión sexual es incompatible con el cultivo de la sensatez. Ilustra las consecuencias Lc 15,13.30. 

29,4 Otros en vez de "impuestos" traducen dones, es decir, soborno. La historia de Roboán puede servir de ilustración; véase el estatuto de la corona en 1 Sm 8; el Deuteronomio inculca moderación en los gastos reales: 17,16-18. El proverbio se puede aplicar a monarcas extranjeros. 

29,5 Es correlativo del v. 1. La adulación halaga y enreda al hombre. Ni con buena voluntad debe hacerse, pues causa más daño que agrado. "Halagar con la boca y herir con la cola", "Can que mucho lame saca sangre". 

29,6 Respetando el texto masorético admite varias interpretaciones: a) el malvado cae en el lazo que echa, el honrado lo celebra; b) el malvado echa un lazo al inocente, éste se libra y lo celebra; c) el malvado pone una trampa, el honrado escapa, el malvado cae en ella, el honrado lo celebra. 

29,7 Causa en sentido judicial. Desvalidos son los que, teniendo derecho, no lo pueden hacer valer; necesitan un valedor frente a los opresores. 

29,8 Esos provocadores son los cínicos insolentes, que agitan o atizan como fuego la ciudad. Pueden recordarse Abimelec y Gaal en Jue 9. 

29,9 En su aparente sencillez se presta a varias interpretaciones al asignar sujeto a la segunda parte: a) el cuerdo: cuando disputa o pleitea con el necio, siente rabia, risa y no saca nada en limpio; b) el necio: pasa de la cólera a la burla y no sabe comportarse con serenidad; e) el público que asiste: está en vilo y se divierte. 

29,10 Corrijo "rectos" en "malvados" para que haga sentido aceptable: compárese con Sab 2,12-20. 

29,11 Tomo los miembros como correlativos. Un refrán nuestro dice: "El caldo en caliente, la injuria en frío". 

29,12 Porque los difamadores y fraudulentos irán desbancando a los honestos para ocupar sus puestos. En el reino de la mentira no hay coordenadas para orientarse. Muy feliz Eclo 10,2; véase el espejo de príncipes, Sal 101. 

29,13 Muy parecido a 22,2. El usurero es el explotador profesional de los necesitados. Ambos se encuentran en acción recíproca: pidiendo, estrujando. Pero en cuanto hombres a los dos les da Dios la luz de la vida y se ocupa de ellos; compárese con Mt 5, 45; 14,14. Empalma con los versos 2 y 7. Coincide con la visión del rey ideal, Sal 73. Véanse 16,22; 25,5. 

29,15 Tiene numerosos paralelos. Se puede ilustrar con la historia de Elí y sus hijos, 1 Sm 2-3. Del ámbito doméstico pueden pasar al dinástico. 

29,16 Aumentan los crímenes de los jefes, de sus ministros y de la población. Léase la descripción de Ez 22. 

29,17 Es complemento del v. 15. El hijo bien educado, no sólo sustenta a sus padres, sino que les procura alimento sabroso. Sirve de imagen a toda clase de satisfacciones. 

29,18 Tomo el hebreo "visión" en su sentido clásico de profecía, cfr. 2 Sm 24,11. Es una presencia inesperada en estas páginas sapienciales. El verbo "se desmanda" se lee en el episodio del becerro de oro, Ex 32,25. 

29,19 Véase una amplificación en Eclo 33,25-30. 

29,20 Como el vocablo hebreo significa palabra y asunto, podemos entender el proverbio del hombre que habla en seguida, aun a destiempo, o del que no planea ni respeta las etapas de ejecución. "Hablar sin pensar es tirar sin apuntar". 

29,21 Complemento del v. 19. 

29,22 Compárese con 15,18 y 26,21. 

29,23 Véanse 11,2; 16,18; Eclo 10,6-18. 

29,24 Se ha de entender a la luz de la legislación de Lv 5,1. Es lógico que el cómplice no lo denuncie, con lo cual incurre en otro delito. "Ir a medias": 1,14; Is 1,23. 

29,25-26 Intimidación y seducción son dos armas humanas de las que defiende la confianza en el Señor: Jr 1,17; Mt 10,18. Estará en alto como ciudad inexpugnable: 18,10s. La "sentencia" favorable, que debe esperar de Dios y no del favor del juez. O la sentencia que decide el estino de cada uno. Por mucho que sepa y haga el hombre, la sentencia inapelable compete a Dios. 

29,27 Dos realidades inconciliables, sin matices ni medias tintas: Sal 139,21s; 2 Cor 6,14s.

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