jueves, 28 de febrero de 2013

CAPÍTULO 31.




31 Máximas de Lemuel, rey de Masá, que le enseñó su madre.

2¿Qué es eso, hijo mío?

¿Qué es eso, hijo de mis entrañas?
¿Qué es eso, hijo de mis votos?
3No gastes tu fuerza con mujeres

ni tu vigor con las que corrompen a reyes.

4No es de reyes, Lemuel,

no es de reyes darse al vino

ni de gobernantes darse al licor,
5porque beben y olvidan la ley

y pervierten el derecho (le los desgraciados.
6Dad el licor al vagabundo

y el vino al afligido:

7que beba y olvide su miseria,

que no se acuerde de sus penas.

8Abre tu boca a favor del mudo,

en defensa del desventurado;

9abre tu boca y da sentencia justa
defendiendo al pobre y al desgraciado.

10Una mujer hacendosa, ¿quién la hallará?

Vale mucho más que los corales.

11Su marido se fía de ella

y no le hacen falta despojos.
12Le trae ganancias y no pérdidas
todos los días de su vida.
13Adquiere lana y lino,

sus manos trabajan a gusto.
14Es como nave mercante

que importa el grano de lejos.
15Todavía de noche se levanta

para dar la ración a sus criados
y la porción a sus criadas.
16Examina un terreno y lo compra,
con lo que ganan sus manos
planta una viña.

17Se ciñe la cintura con firmeza

y despliega la fuerza de sus brazos.
18Aprecia el valor de sus mercancías

y aun de noche no se apaga su lámpara.
19Extiende la mano hacia el huso

y sostiene con la palma la rueca.
20Abre sus palmas al necesitado

y extiende sus manos al pobre.
21Si nieva no teme por la servidumbre,
porque todos los criados

llevan trajes forrados.
22Confecciona mantas para su uso,

se viste de lino y púrpura.

23En la plaza su marido es respetado
cuando se sienta

entre los concejales del pueblo.
24Teje sábanas y las vende,

provee de cinturones a los comerciantes.
25Está vestida de fuerza y dignidad,

sonríe ante el día de mañana.

26Abre la boca juiciosamente

y su lengua enseña con bondad.
27Vigila las andazas de sus criados,
no come su pan de balde.

28Sus hijos se levantan para felicitarla,
su marido proclama su alabanza:
29«Muchas mujeres reunieron riquezas,
pero tú las ganas a todas».

30Engañosa es la gracia, fugaz la hermosura,
la que respeta al Señor merece alabanza.

31Cantadle por el éxito de su trabajo,
que sus obras la alaben en la plaza.

Octava (o séptima colección). Atribuida a otro autor extranjero: consejos de una madre a su hijo rey.
31,1-9 Pongamos este texto en el contexto de la poligamia real y escucharemos mejor su tono entrañable. Una de las mujeres del rey, estéril por cierto tiempo o desatendida, ha conseguido a fuerza de votos dar a luz un hijo propio. Es de sus entrañas, no adoptado, y don de Dios que ha escuchado los votos. Ahora su hijo parece inclinado a los placeres, que comprometen su gobierno justo. El gobierno justo es la visión y el ideal que rige toda la perícopa, de acuerdo con la visión del Sal 72. Gobernar es en gran parte juzgar, juzgar es ante todo hacer valer los derechos de los desvalidos. El primer peligro son las mujeres, el segundo es el vino.Quien en vez de responsabilidades tiene penas puede ahogar en alcohol los recuerdos. 

31,3 "Corrompen": a la letra borran, cancelan. Se puede recordar el caso de Salomón, 1 Re 11,1-8. Si en vez de "vigor" entendemos proyectos y realización, se referiría al rey que abandona los asuntos del reino a las intrigas y manejos de sus concubinas preferidas, hasta quedar anulado por ellas. 

31,4-5. Véase la descripción irónica de 23,29-35. Pero aquí preocupa el gobierno: la templanza en función de la justicia; véase también Is 28,7s. 

31,8 "Mudo" se entiende principalmente en sentido metafórico: quien no tiene voz en la sociedad, la política, los tribunales. 

31,10-31 El libro termina con un canto a la mujer ideal, desde el punto de vista del hombre. ¿Por qué? Puede ser sin razón especial o por la experiencia matrimonial del maestro. Prefiero pensar en un maestro que instruye a sus alumnos, los cuales, terminada su formación, se preparan a poner casa, 24,27. Por eso la última recomendación del libro trata del matrimonio. Ahora bien, encontrar la mujer deseada y conveniente es cosa difícil. Para que los alumnos conozcan lo que deben desear y buscar, el maestro traza un cuadro ideal: figura idealizada, pero no utópica; deseo difícil, pero no inalcanzable. 

Lo curioso de esa figura es la devaluación relativa de la belleza y la ausencia u ocultamiento del amor. La esposa ideal será una mujer que lleva la casa y los negocios con tacto y eficiencia y espíritu de iniciativa. El marido está obligado a darle vivienda, sustento y vestido, Ex 21 ,10; ¿bastará para compensar al marido darle placeres e hijos? El criterio económico, comercial rige el poema. Habla de precio, ganancia, de comprar y vender, de pagar, de comerciar y apreciar mercancías, de buscar e importar, de producir y consumir. Muy poco poético para nuestro gusto y para quien ha gustado el Cantar de los Cantares. El libro de Rut, con toda su preocupación legal, es más emotivo, por no mencionar historias patriarcales. 

De esta mujer se señalan las manos, las palmas, el brazo: su actividad. Si se sienta, es para hilar, después teje lo hilado y vende lo tejido, con cuyo producto compra alimentos y lo invierte en terrenos. Se acuesta tarde, se levanta temprano, atiende a la servidumbre. 

Entre tanto ¿qué es lo que hace el marido? Atiende a los asuntos públicos como concejal. Cuando vuelve a casa, no descansa con su mujer, como el Salomón de Sab 8,16. La falta de otras cualidades es más llamativa en un prontuario completo, de la alef a la tau. Podemos dar una explicación contextual: el poema es el final de un libro cuarenta veces más amplio, en el cual recurre con diversos aspectos el tema de la mujer. Hay que leer estos versos con otros dispersos, especialmente con 5,15-19. 

31,10 Autores antiguos, en traducción mimética del latín, la llamaron "mujer fuerte" exaltando su fortaleza o entereza. Véanse 18,22; Eclo 7,23; 36,29. 

31,11 Los "despojos" suelen tener carácter militar, fruto de saqueos. 

31,12 Adquirir tal mujer ha sido buena inversión, que ella paga con bienes materiales y no sólo con agradecimiento sentimental. 

31,13 Según Os 2,7.11 es el marido quien procura lana y lino. 

31,14 Como no faltarían alimentos en casa, los importados serían exóticos, exquisitos. Pero se trata de una comparación. 

31,15 Un hemistiquio es sospechoso. 

31,16 Habla del "fruto de sus manos" y no del fruto del vientre. 

31,17 Es el ceñidor del trabajo, "haldas en cinta"; la elegancia llegará en otra ocasión. 

31,18. El salmo 127 tiene otras ideas sobre el trabajar trasnochando. 

31,19-20 La diligencia del ama de casa se ocupa de la beneficencia. Véanse Dt 15,11; Is 58,1-12. 
31,23 Véase el desarrollo de Job 29,7-21. Quizá el discípulo se prepare para desempeñar funciones semejantes. 

31,25 Si el vestido cubre y ennoblece, mucho más unas cualidades que brotan del interior y envuelven a toda la persona. 

31,26 Combina felizmente sensatez con bondad. Los destinatarios de su instrucción podrían ser los hijos: 1,8; 6,20. 

31,28. Ha terminado su papel. Cae el telón y sale a recibir los aplausos. 

31,29 La expresión es ambigua. "Reunieron riquezas": según Dt 8,17; Ez 28,4; Rut 4,11; "hacer proezas": según 1 Sm 14,48; Sal 60,14-30. Toma la palabra el poeta. No desprecia la belleza, la devalúa comparativamente para prevenir contra su fascinación inmediata. Como Eclo, que la alaba en 26,16-18 y previene en 25,21. El supremo valor de la mujer ideal es la religiosidad.


Se puede preguntar si esta figura personifica a la Sensatez o simboliza a la matrona Jerusalén. Creo que eso es fruto de lecturas posteriores.

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